Lo hemos perdido todo, el sueño se transformó en un pesadilla de fango, cristal y miseria. La misma noche de la riada Rut y yo nos refugiamos en casas de desconocidos que nos salvaron a la vida. A las dos de la madrugada milagrosamente Rut me encontró y nos fundimos en un abrazo ahí, vestidos con ropa prestada nos dimos cuenta que éramos tan ricos que sólo teníamos lo que importa. Atravesamos Paiporta en un viaje aterrador para encontrarnos con nuestros hijos y decidimos que nada nos iba a detener, que la ilusión vence al fango, que los sueños no se detienen y que nuestra historia debe continuar y ya nos hemos puesto a trabajar, pero para completar ese sueño precisamos de vuestra ayuda, de vuestra colaboración y cariño, por juntos podemos resistir cualquier cosa, porque hoy es siempre todavía, porque vuestra fuerza es nuestro motor y porque si cada uno hace lo que puede todo se puede superar.