Somos Belén y Eli, dos veterinarias de vocación, activistas por los derechos de los animales, que tuvieron la suerte de poder estudiar aquello que amaban desde niñas. Tras muchos años trabajando pudimos abrirnos nuestra pequeña clínica , empezando con nuestras manos y un fonendoscopio. Con los años y con préstamos bancarios fuimos pudieron comprarnos un microscopio, un ecógrafo, un generador de oxígeno, después una máquina de anestesia, el electrobisturí , una máquina de rayos x… hasta que conseguimos dar un servicio completo a nuestros pacientes. Nuestra clínica es nuestra sueño, es nuestra vida porque los animales lo son para nosotras. No queremos ni podemos tener que acabar cerrando y vamos a luchar por ello con uñas y dientes, igual que lo hicimos en su día. La diferencia es que la DANA y la vida se ha llevado mucho más de nosotras por el camino y nos es mucho más difícil que cuando empezamos.