Desde 1999, nuestra peluquería y centro de estética ha sido mucho más que un negocio. Ha sido un punto de encuentro, los momentos de cuidado personal se mezclaban con el cariño y el esfuerzo diario. Hemos trabajado cada día con dedicación, siempre pensando en ofrecer lo mejor a nuestro pueblo, nuestra gente. Pero ahora, nos enfrentamos a un golpe que jamás imaginamos. El agua, que trajo consigo fuerza y destrucción, ha arrasado con lo que durante años fue nuestro refugio. Cada rincón, cada detalle que construimos con tanto amor, quedó bajo un torrente que no solo se llevó las herramientas de nuestro oficio, sino también un pedazo de nuestra alma. Nos duele profundamente mirar alrededor y ver a otros negocios vecinos, compañeros de lucha y trabajo, enfrentándose a esta misma desolación. Porque sabemos que, como nosotros, ellos han entregado todo para levantarse cada día y dar lo mejor al pueblo que tanto queremos. Sin embargo, también sabemos algo más: somos fuertes. Y aunque el agua haya arrasado con lo material, no puede llevarse nuestra esencia ni nuestras ganas de seguir adelante. Hoy lamentamos las pérdidas, pero también empezamos a imaginar el renacer. Porque si algo hemos aprendido en estos 25 años es que, con esfuerzo y apoyo, siempre se puede volver a empezar. A todos nuestros clientes, vecinos y amigos, gracias por tantos años de confianza. Juntos superaremos este desafío, como lo hemos hecho siempre: con cercanía, humanidad y por y para nuestro querido Aldaia. Volveremos, con más fuerza que nunca.