Hace unos días, la DANA llegó a Valencia con una fuerza devastadora, y tristemente, fui uno de los afectados. Más allá de los daños materiales, como la pérdida de mi coche, mi moto y casi de mi hogar, lo que más pesa en mi corazón es ver cómo mi negocio ha quedado paralizado. Este espacio, que es mi sueño y mi forma de vida, sufrió daños que hacen imposible abrir las puertas. La inundación destrozó el suelo y dañó una gran parte de las instalaciones, y ahora enfrento la difícil tarea de realizar reparaciones urgentes para que mi negocio vuelva a funcionar. Este lugar no es solo un local; representa años de esfuerzo, de amor y dedicación, y me resulta muy difícil pedir ayuda, pero ahora me veo en la necesidad de hacerlo. Estoy buscando apoyo para cubrir los gastos de reparación, porque sin ayuda, este sueño corre el riesgo de desvanecerse. Cada contribución, por pequeña que sea, es un paso hacia la reconstrucción, hacia volver a ver este espacio lleno de vida y energía. Gracias de corazón por leer mi historia y por cualquier ayuda que puedas brindar.